(Blog) Las lagunas del olvido
El ser humano tiene la tendencia con el paso del tiempo a olvidar. Lo hace de una manera mecánica. Se aísla del pasado para enfrentarse a su presente y futuro más inmediato.
Escrito por: Ángel Muñoz
Es una forma de refugiarse en sí mismo y no aceptar su existencia hasta la fecha, de todo aquello que le haya producido malestar. Pero la inquietud, el problema, seguirá estando. No sabremos cuándo volverá a aparecer nuevamente en nuestro recuerdo.
Lo que sí es cierto es que nos pueden causar ajetreos que en nuestro día a día pueden afectarnos de manera hostil. El pasado, pasado es y es por eso que es, está. No hay cabida para el olvido de situaciones, reacciones o emociones que nos hayan causado una inestabilidad en nuestro humor, en nuestra forma de hacer las cosas y de su desarrollo final. En el olvido estará nuestro más fiel aliado para seguir adelante, sin pesos innecesarios, sin cargas de conciencia que lo único que nos provocan es paralizarnos la mente. Si paramos nuestro cerebro y abandonamos sus capacidades de desarrollo, nos estamos parando nosotros, nuestras cualidades de obtener soluciones, de aprender de los sabios y de poder compartir nuestros conocimientos adquiridos.
En otros casos lo que nos sucede es una falta de memoria, de reconocer todo aquello aprendido y se producen las lagunas mentales, el olvido. A nivel cognitivo hay que trabajar nuestro cerebro a diario, darle vitaminas de lectura y análisis para fortalecer esa capacidad cerebral que es la memoria. Una vez fortalecida la memoria es increíble como interviene en nosotros el recuerdo. Recuerdo de un olor, un sabor, un sonido… Todo está grabado en ella y lo que parecía estar perdido en la laguna del olvido vuelve a renacer en nosotros como una situación ya vivida y experimentada.
Las lagunas del olvido se pueden curar, con experimentación de todo aquello vivido, con el recuerdo, de una carta, de una fotografía o de un objeto son espacios mentales que han quedado vacios por la falta de estimulación o de vivencias emocionales. El no vivir la vida intensamente hace que pasen delante de ti páginas escritas de tu biografía que ni siquiera tu sepas leerlas por falta de aptitud, concentración, adaptación, motivación… El estar en estado de alerta, abierto al mundo, con todos los sentidos hará que esas lagunas mentales caigan realmente en el olvido.