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Lo reconozco, soy un ministérico. Así es como se conoce a los seguidores de la serie de televisión “El Ministerio del Tiempo”, un grupo numeroso de fervientes seguidores de esta serie televisiva que disfrutan, viven con pasión, cada nuevo episodio. O mejor debería decir disfrutábamos, en pasado, ya que la serie acabó hace unos años y parece que no hay muchas ganas de darle continuación.
Una de mis (confesables) aficiones es la lectura. Me gusta la historia, la ciencia ficción, la fantasía, los cómics… Leer es una actividad relajante que te permite evadirte durante un tiempo de la realidad y sumergirte en mil y un temas diferentes, ya sea buceando entre mundos imaginarios o tan reales como la vida misma, pero adentrándose en siglos pretéritos.
Desde la Edad Media, más concretamente desde el año 1272 en la corona británica y desde el año 1422 en el reino de Francia, se viene utilizando una expresión específica asociada a la sucesión monárquica, y a bien seguro habréis escuchado en más de una ocasión. Es aquella de: “El rey ha muerto, viva el rey”.
Cada 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tiene como meta crear conciencia acerca de la prevención del suicidio en todo el mundo. El lema de este año es “Crear esperanza a través de la acción”, y refleja la necesidad de una acción colectiva para abordar este problema urgente de salud pública.
El día 17 de junio de 2022 se estrenó en los cines la última película de Pixar: Lightyear. Narra la historia de Buzz Lighyear, el hombre, el astronauta de verdad, no el juguete de la película de Toy Story. Como producción de Pixar, es una película de animación, no de imagen real, y supongo que será un éxito (o no) entre los niños, y los que no son tan niños, aquellos que crecieron con las películas donde Woody, Buzz Lightyear, Rex, Mr. Potato, Barbie y demás tenían vida propia.
Simon y Garfunkel crearon una canción a principios de los años 60 que no tuvo mucho éxito, pero que en años posteriores ha logrado un considerable reconocimiento y es una de las grandes canciones que nos ha legado dicho dúo musical.
Nos acercamos peligrosamente a fin de año. Sí, ya sé que queda mes y medio aún para las uvas y todo eso, pero es cuestión de poco tiempo. Bueno, con permiso de las autoridades pertinentes o en su defecto de la caída de misiles de dudosa procedencia, o no, en países de la OTAN, amenazas nucleares, represalias y demás barbaridades sociales y militares. Pero vamos, que si reina un poco la cordura (¿?) en la “haute politique”, llegaremos a fin de año y a una nueva oleada de buenos propósitos de cara al año nuevo.
Supongo que en algún lugar del vasto universo en el que nos encontramos existirá algún lugar donde no ocurran la cantidad de barbaridades y absurdidades que ocurren en este planeta de barro. Sí, supongo que en los Mundos de Yupi, o en el país de las gominolas y las nubes de colores, o en el de los unicornios de goma y los ositos de peluche, las cosas transcurrirán por cauces normales y las cosas se harán de acuerdo a la razón y el mutuo entendimiento entre las personas y su entorno.
Todos nos hemos sentido solos en uno u otro momento de nuestras vidas, eso no es ninguna novedad. Una vez alguien me comentó que se había sentido solo dentro del Camp Nou, viendo un partido de futbol. Parece increíble que alguien se pueda sentir solo acompañado por miles y miles de personas alrededor.
Calor, calor y más calor. Es lo que tiene el verano, que hace calor. Y como nos gusta quejarnos de todo, supongo que esa es la condición humana al menos por estas latitudes, nos quejamos de que hace mucho calor. Y sí, es cierto, la verdad es que parece que hace algo de calorcito. Total, estamos a mediados de julio y ya llevamos tres o cuatro olas de calor. A este paso, cuando lleguemos a septiembre, nos habremos derretido ya. ¿He dicho septiembre?, perdón, quería decir octubre, o noviembre, o diciembre, porque los veranos se alargan cada vez más en el tiempo.
Hace mucho tiempo, más o menos medio siglo, y en una galaxia muy, muy cercana, aquí al lado, vamos, se formó un dúo cómico con el nombre de Tip y Coll. Por cierto, nota al margen, es curioso el número de duetos cómicos en el panorama del espectáculo que se han formado a lo largo de la historia: Tip y Coll, el dúo sacapuntas, Faemino y Cansado, Cruz y Raya, Los Morancos, Martes y Trece (aunque en sus inicios eran tres miembros), R2D2 y C3PO, Epi y Blas, Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Batman y Robin, Petroleras y Medio ambiente, y demás ralea.
Damos por sentado en numerosas ocasiones que aquello que sabemos, ya sea porque lo hemos leído en algún lugar o visto por la televisión o nos ha contado un amigo de un amigo, es la verdad absoluta, y pasamos a creerlo como si de un dogma se tratase y a no cuestionarnos la veracidad de ese hecho en concreto.