(Blog) Almas inmortales
Dicen que somos almas inmortales con un ropaje de cuerpos corruptibles y también que nuestro corazón es un diamante oculto tras capas y capas de “suciedad” que lo ocultan y no lo dejan brillar. Y que nuestro trabajo aquí en la Tierra consiste principalmente en ir limpiando dicho diamante hasta conseguir quitarle todas esas impurezas y permitir que brille en todo su esplendor. Y la forma de limpiarlo consiste nada más y nada menos que en aprender a Amar.
Escrito por: Juan Jodar
Amar en mayúsculas, no solamente a nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros familiares y amigos, sino también a la persona con la que nos cruzamos por la calle, al vecino del barrio, a todo el mundo, pero sobre todo a nuestros enemigos. Porque éstos son los que más nos enseñan. Los que deciden representar, en esta obra de teatro que es la vida, el papel más ingrato. El papel que sólo el que nos quiere verdaderamente es capaz de elegir, el de mostrarnos nuestras facetas, nuestros comportamientos y nuestras actitudes más negativas haciendo el papel de opositor.
Es a través de este papel de contrincante que nos hace ver el contenido indeseable de nuestro corazón, nuestros odios, celos, rencores, envidias, impulsos y pulsiones más abyectas; y que, al reconocerlos, gracias a ellos poder corregirlos y eliminarlos, y así purificar el diamante.
Nuestros enemigos, pues, no son tales, sino las personas que más nos quieren y ayudan y que en el mundo astral han decidido jugar este papel de adversarios porque realmente nos Aman. Hasta el punto de mostrarse momentáneamente como enemigos nuestros.
Diréis, ¿qué es esto del mundo astral? Nosotros nos citamos antes de quedar con un amigo a través de Internet; pues nuestras almas, en el mundo astral, “quedan” antes de venir a este mundo y se reparten sus papeles de amigos o enemigos. Y hemos visto como son éstos últimos, los que realmente más nos aprecian y nos apoyan en la consecución de un alma y un corazón resplandecientes e impolutos. Amemos pues a nuestros enemigos.