(Blog) El miedo
A veces, y no digo siempre para dejar paso a la esperanza, nuestros miedos recurrentes nos hacen la pascua. Son miedos que nos paralizan, que nos hacen más vulnerables. Hago esta reflexión porque pronto empezaré un nuevo trabajo. He tenido alguna mala experiencia laboral anteriormente i eso hace que el miedo pique en mi puerta. Es entonces cuando la inseguridad me invade. Mis pensamientos se enfocan en el pasado, en lo que yo valoré como un fracaso, en las experiencias negativas a los trabajos que he tenido.
Escrito por: Sandra Miguel
Una manera de hacer frente a estos miedos es compartirlos con alguien. En mi caso, con mi familia. Solamente por el hecho de expresar nuestras emociones, el miedo pierde fuerza. Cuando alguien que nos quiere, familia o amigos, nos escucha y nos da su visión de la situación con otra perspectiva más positiva, nos ayuda a reducir el miedo.
Otro recurso que utilizo es enfocar mis pensamientos en las veces que he tenido éxito en el pasado. De esta forma consigo ver que no siempre he fracasado. Me visualizo trabajando con confianza, segura de lo que estaba haciendo, y me conecto con las sensaciones de bienestar que tenía cuando trabajaba en una empresa en la que estaba a gusto. Cuando dedico mi atención a estos recuerdos y no a aquellos negativos mi autoestima se refuerza.
Soy consciente que tener miedo a unnuevo empleo hasta cierto punto es normal. La novedad genera incertidumbre y eso asusta un poco. Pero a veces, en mi caso, estos miedos toman unas dimensiones que me perjudican. No se puede evitar sentir miedo, es una emoción que en realidad quiere protegernos, lo que sí está en nuestras manos es la forma de gestionarlo. Sentimos miedo cuando la situación que vivimos la valoramos como una amenaza pero si intentamos ver las cosas que nos pasan como oportunidades podemos hacer que el miedo se desvanezca. Puedo intentar ver el nuevo trabajo como una oportunidad para aprender, por ejemplo.
No tengamos miedo del miedo, gestionarlo está en nuestras manos.