(Blog) Mi niño
No consigo olvidarte un segundo. Entre semana, el trabajo y mis quehaceres diarios no me dejan tiempo para pensar demasiado, y eso es lo único que me ayuda a soportar esta situación. Llega el sábado, nos reencontramos, y de nuevo revivo una sensación muy intensa que solo sucede cuando estoy contigo. Cuando nos despedimos, vuelvo a sentir esa tristeza a la que no me acostumbro.
Escrito por: Lidia Fuentes
Han pasado ya casi dos años que estamos viéndonos en ese “casal” en el que, en teoría, ayudan a las relaciones paterno-filiales y a su buen desarrollo. Sin embargo, yo creo que están alargando demasiado la espera, probablemente influenciados por el hecho de que yo no tengo dinero y mi ex tiene mucho dinero y apoyo social diverso. Saco esta conclusión porque sus informes (los del casal) son siempre positivos, y tanto tú como yo estamos bien en todo momento, en esas visitas. Se respira alegría, jocosidad y cariño. ¿Qué más quieren?
Solo espero que no quede mucho para poder estar realmente juntos: ir a la piscina, comer en mi casa, ir de paseo, poder planificar algo juntos… porque los dos lo necesitamos. Es un instinto que parece que quieran coartar, pero es incorruptible y estará latente siempre, a pesar de las trabas.
Ahora estoy trabajando muchas horas y me he buscado una vida tranquila, estoy recuperando mis aficiones, mi vida. Pero me faltas tú, mi cielo. Y sé que pronto estarás conmigo, en mi mejor versión. He recuperado fuerzas tras todas esas vivencias tan duras con el que ahora te cuida (tu papá), y ya no soy la misma ovejita que dejaba que le hicieran cosas malas porque ella misma no se quería.
Realmente, no sé en qué momento volverá todo a la normalidad, pero mientras tanto ahí estaré, cada sábado o cuando nos dejen, estaré ahí siempre para lo que necesites. Y si me dijeran que has de estar conmigo siempre, no dudaría un segundo, porque tú lo eres todo para mí. Eres esa estrellita que guía mi camino.