(Blog) 'Panteres Grogues' en el Pride Barcelona 2017
Qué gran experiencia la que viví el pasado sábado día 8 de julio de 2017. Me considero una persona muy afortunada por haber podido formar parte de uno de los eventos en pro del orgullo LGTB. Se podía respirar el respeto, la alegría, la tranquilidad, la libertad. Tantas cosas que he anhelado, buscado y conseguido, poco a poco, a lo largo de mis 31 años.
Escrito por: Lidia Fuentes
Fue todo un poco de casualidad: hace unos meses, a través de una aplicación de móvil me apunté a un grupo de mujeres y deporte, llamado ‘Dona i esport’, que al mismo tiempo formaba parte de un grupo que comprende varios deportes llamado ‘Panteres Grogues’. Así, me apunté a actividades en grupo, como hacer senderismo. Y me animé, cosa que años atrás hubiera sido algo imposible en mí. ¡Tanta gente nueva! ¿Qué pensarán de mí? ¿Les gustaré?
Ese día de senderismo fue muy agradable. Hicimos mucho deporte, comimos con ganas y me sentía integrada porque éramos afines, esas chicas y yo. Pude notar que las mujeres que había (todo eran mujeres) eran muchas de ellas homosexuales, por sus comentarios y algunas maneras de actuar. Sin embargo, yo soy bisexual, y estar en ambientes donde cada uno puede expresar su tendencia sexual con libertad me encanta, no es algo habitual. Por mucho que se diga que sí, aún queda mucho por avanzar en este sentido, socialmente hablando.
Unos meses después, en el mismo grupo me llegó una notificación de que ‘Panteres Grogues’ iba a tener un papel muy importante este año en el desfile del PRIDE 2017, de carrozas. Fuimos la segunda carroza que desfiló, y por tamaño y colorido, una de las más preparadas. Además, creo que nuestro grupo, por lo novedoso y distinto que era del de las otras carrozas (trataba concretamente de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en el ámbito del deporte), fue representado por todos los que íbamos subidos a ella de una manera muy intensa y con gran motivación, y eso el público lo pudo sentir. Estuvimos y estamos muy orgullosos de los que somos, y también de lo que hacemos.
Para mí, ese día fue una liberación personal enorme, con mis bailes y mi disfraz estaba diciendo: sí, soy una chica, soy femenina, y soy bisexual; me divierto, hago lo que me apetece, pero también respeto; y nadie va a detenerme. Mis alas nunca más van a cerrarse. Y eso que expresé durante dos horas y media allí arriba, se lo mostré con claridad a los demás que nos veían, y espero que tras ese día se creen lazos que nos unan a todos en esa libertad y ese respeto.