La tele
Dice un libro muy bueno, Flow (fluir), de un señor que se llama (ojo) M. Csikszwntmihalyi, que de todas las alternativas que hay en un momento dado para hacer alguna cosa, la televisión es en muchas ocasiones la peor opción.
Escrito por: Félix Rozey
La atención no se concentra en nada en especial y estamos medio estupidizados delante de la pequeña pantalla. Ver la televisión es una actividad pasiva y que no tiene prácticamente ninguna interactividad.
En ocasiones me hablan de series que dicen que están muy bien. O de la oportunidad de ver una película que difícilmente veras de otra manera. Y me produce un cierto malestar. Porque desde hace muchos años, no veo la televisión.
Todo empezó pensando que es una actividad donde ves vivir a los otros. Tú estás sentado delante de una máquina mirando como los otros viven vidas interesantes. Esto ya me distanció del aparato. También tuvo su parte que no estuviera de acuerdo en absoluto con ciertas informaciones de los telediarios que a mi me parecían falsas y demagógicas.
Además, descubrí que jugar una simple partida de cartas con los amigos era para mí más intenso que ver un concurso por la “caja tonta”.
No estoy, sin embargo, convencido de que mi opción sea la más inteligente. He conocido magníficos profesores universitarios que estaban enganchados a buenos programas. Pero a mí, después de años en que no miro el aparato, la tele me pone nervioso. Si finalmente veo un programa, no puedo soportar que nadie me hable y me corte la concentración o me haga perder unos diálogos.
No creo que pasar totalmente de ella o engancharse a ella sea la solución. Ver programas concretos y de calidad escogidos parece lo más inteligente. Y sin perder los nervios como hago yo.
Pero me dicen que la gente ve una media de no se cuantas horas al día de televisión. Y eso no me parece demasiado adecuado para que la sociedad tenga una buena salud mental. Supongo que puede ser muy relajante ver telebasura pero no creo que vaya muy bien.