(Blog) Prejuicios (II)
Uno de los principales problemas de las personas con trastorno mental es el prejuicio de peligrosidad. La semana pasada hablaba de cómo reacciona la gente a este prejuicio. Hoy quiero hablaros de qué formas adopta.
Escrito por: Félix Rozey
La errónea creencia popular dice que si tienes una enfermedad mental eres violento o peligroso. Una cosa que desmienten las estadísticas de la policía. Y la comprobación personal. Hace más de 15 que voy a un centro de día. Un lugar que, según el estigma, debería ser muy violento. Por allí han pasado centenares de personas a tratarse. Y en estos 15 años no he visto ninguna violencia. Ni un golpe. Nada. Ni una agresión.
Otra creencia popular es que si una persona comete un crimen, debe tener un trastorno mental. Como si no hubiera gente con diferentes morales o simplemente malas personas. La sociedad bienpensante se quita así las pulgas de encima pensando que son los locos los delincuentes. Por no pensar que ellos también pueden cometer un acto ilegal. Si lo piensas bien, esta forma de prejuicio es absurda. El político que se mete en el bolsillo unos millones de euros, ¿está loco? El mafioso que mata a un competidor, ¿está loco? El soldado que viola una mujer de un pueblo conquistado, ¿está loco? Es obvio que no.
Y para acabar, el prejuicio de peligrosidad toma otra forma que es que la persona con trastorno mental no es de fiar, es impredecible. Y esto pese a la comprobación de una persona que se porte bien. Una cosa que también nos hace mucho daño.
Mucha gente a las enfermedades mentales le pone mucho morbo. Cuando saben que tienes un problema ya empiezan a montarse sus películas sobre cómo eres. Quizá esto les pone mentalmente en una posición de superioridad. No lo sé. La cuestión es que, por ejemplo, en la reforma del código penal que está en marcha, las mismas instituciones manifiestan este prejuicio.
De esto os hablaré la semana que viene.