(Blog) Empapados de agua
Parece que lloverá, el cielo está nublado, tendría que lavar ropa pero no me atrevo porque no se secará con este tiempo. Mejor me espero que haga buen tiempo, total han dicho a las noticias que mañana hará soleado. Me gustaría salir a dar un paseo hasta la playa pero seguramente está llena de gente y eso me agobia solo pensándolo.
Escrito por: Maria Dolors Artigas
¡Qué curioso! A mí me ha gustado toda la vida relacionarme, o eso es lo que pensaba, que era una persona extrovertida y ahora me doy cuenta que en mi vida ha pasado mucha gente pero que no he echado lazos. De pequeña era muy tímida y me ponía roja a menudo en cualquier situación que estuviera un poco fuera de mi control. Y ahora continúo siéndolo pero he aprendido a disimularlo.
Cierro los ojos y pienso: eso, eso, ¡que llueva! Me encanta ver llover por la ventana y también salir a la calle lloviendo. Muchas veces solo me pongo la capucha y salgo a la calle, no cojo paraguas porque me gusta mojarme. Recuerdo un día que llovía intensamente, era muy fuerte la lluvia, nos trasladábamos de un lugar a otro y llegamos empapados de agua y manchados de barro porque la lluvia no era limpia, era fangosa.
Aquel día reí mucho por el camino, pero al llegar ya no estaba tan contenta, la chupa estaba perdida de color marrón y las zapatillas también. Los calcetines los podíamos tirar, estaban echados a perder. El único que aguantó esta tormenta de barro fueron los tejanos. Mojados, pero a la lavadora y listo.
De todas maneras hace mucho tiempo que no llueve y esto dará un poco de vidilla; marcharán los olores tan fuertes que hay de las cloacas. Cuanto más te acercas al mar más huelen, ¡y hacen un mal olor! Yo cojo el bus para volver a casa de los ensayos muy cerca del mar. Hay una cloaca justo en la parada y es insoportable. Por no olerla cojo camino y llego a casa andando. Además, es entretenido, paso delante del club social, de un parque muy grande, una subida y ya estoy en casa. En realidad son tres paradas de bus, lo cojo muchas veces porque salgo cansada y tengo pereza de andar.
Ahora se está aclarando el cielo: parece que, finalmente, no lloverá. Pues yo creo que me da tiempo de hacer una lavadora antes de que se haga demasiado tarde... Sí, me atrevo, ¡voy a hacerla! Voy a hacer una lavadora de la ropa de vestir por la calle. Solo puede pasar que vuelva a cambiar el tiempo y, ahora sí, que llueva. Yo, por otro lado, también disfrutaré, como os he dicho antes me gusta ver llover. Y si es así, no quedará otro remedio que tender la ropa adentro de casa, ¡y creo que todo es posible! Todo esto puede pasar cuando parece que lloverá.