Esta web utiliza cookies propias y de terceros para obtener información de sus hábitos de búsqueda e intentar mejorar la calidad de nuestros servicios y de la navegación por nuestra web. Si está de acuerdo haga clic en ACEPTAR o siga navegando.

Aceptar cookies

(Blog) Queridos amigos

carta

Queridos amigos.
Vosotros sabéis perfectamente quién sois, no es necesario que diga uno a uno vuestros nombres; tampoco sois demasiados pero sí suficientes para hacer que mi vida valga más la pena ser vivida.

Escrito por: Marta Abad

Ahora hace siete u ocho años estaba prácticamente sola en la vida más allá de la pequeña familia de origen; muy importante, por otro lado. Poco a poco, fuisteis entrando en ella con más o menos fuerza y, si ahora os estoy dirigiendo estas líneas, es porque todavía formáis parte.

 

Ante todo, no puedo sino daros infinitamente las gracias por permanecer a mi lado, para darme la mano y ser, para mí, PERSONAS en el sentido más amplio de la palabra. Pero, sobre todo, por tolerar mis debilidades que, en muchas ocasiones, os hubieran podido hacer perder la paciencia y decidir tomar otro rumbo. Sé que no soy precisamente una persona fácil y esto hace que valore todavía más vuestra fidelidad y misericordia. Creedme cuando os digo que lo tengo siempre presente y que os lo agradeceré cada día de mi vida.

 

Haciendo honor a mi transparencia y sinceridad, ya os he dicho en alguna ocasión que no me gustan las celebraciones de ningún tipo así que, para mí, el día de la Amistad que conmemoremos en estas fechas no es sino un convencionalismo con el cual no casarme. Para mí, cada día que puedo disfrutar de vuestra compañía, de vuestro apoyo, de una tarde en una terraza o en un bar sin pretensiones, es un regalo que celebrar en aquel mismo momento y que mantener en la memoria de los recuerdos agradables. Son estos pequeños instantes los que hacen nuestro camino algo menos empinado, ¿no creéis?

 

Para mí la amistad es una experiencia adulta dado que, durante muchos años de mi infancia y, especialmente, de la adolescencia, me sentí sola e incomprendida. Siempre reconoceré que gran parte de esta incomprensión partía de mi dificultad para relacionarme. Por lo tanto, tampoco tengo reproches por aquellos que no seguisteis a mi lado porque considerasteis que los contras eran más pesados que los pros. En el fondo, creo que los que estáis, tenéis una calidad humana que en otro momento no hubiera estado capaz de valorar. Dudo que ningún otro grupo de personas pudieran aportarme lo que vosotros me regaláis: la combinación entre comprensión y alegría de vivir. ¿Qué más puedo pedir?

 

Teniéndoos a mi lado he aprendido a valorar muchas cosas de la vida que antes me pasaban desapercibidas o a las cuales no daba importancia; infinitas gracias por hacerme consciente. Gracias a vosotros, también he conocido una parte de mí que, en medio de la gran oscuridad en que me sentía atrapada, me da esperanza sobre lo que puedo llegar a ser en también en positivo. Gracias por valorar estas qualidades que tanto me cuesta reconocer en mí misma. Es bonito conocerse y reconocerse a través de los ojos de los que queremos.

 

Más de una vez he sentido que los amigos son la familia que escogemos, no estoy del todo segura de si estoy de acuerdo con esta afirmación porque tengo dudas de si os he escogido o, en una suerte de magia o don casi divino. En cualquier caso y a pesar de todas nuestras carencias y limitaciones, creo que no puedo ser más afortunada en este momento de mi vida de contar con vuestra presencia. Es por eso que, a mi manera torpe, trato de cuidaros, de haceros llegar mi aprecio y aprecio; a veces, incluso, siendo un poco pesada e insistente. Por favor, no me lo tengáis en cuenta, mi inseguridad me hace no medir del todo bien. Y, si en algún momento, sintierais que, al contrario, me alejo, hacédmelo saber; en ocasiones, las dudas y los miedos me hacen retroceder.

 

Sea como fuere, sabéis que os quiero, que, cuando uso el término amistad, para mí es mayúsculo y, por lo tanto, daré lo mejor de mí para estar al nivel de la oportunidad que, día detrás día, me estáis brindando.

Gracias, gracias y más gracias.

¿Dónde estamos?

c/ Bac de Roda, 149
T. 93 303 50 97


Avinguda Josep
Tarradellas, 19-21
T. 93 289 24 30


c/ Indústria, 50
T. 93 210 24 19

Contacto

Oficinas Centrales
T. 93 452 04 67


Horario de atención
L-J 8.00-13.00h y 14.00-17.00h
V: 8.00-14.00h
Clubs Sociales de L a V de 14.30 a 19.30h


joia@fundaciojoia.org

delegacioprotecciodades@fundaciojoia.org