(Blog) De dúos y de respeto
Hace mucho tiempo, más o menos medio siglo, y en una galaxia muy, muy cercana, aquí al lado, vamos, se formó un dúo cómico con el nombre de Tip y Coll. Por cierto, nota al margen, es curioso el número de duetos cómicos en el panorama del espectáculo que se han formado a lo largo de la historia: Tip y Coll, el dúo sacapuntas, Faemino y Cansado, Cruz y Raya, Los Morancos, Martes y Trece (aunque en sus inicios eran tres miembros), R2D2 y C3PO, Epi y Blas, Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Batman y Robin, Petroleras y Medio ambiente, y demás ralea.
Escrito por: Pedro Villena
En fin, volviendo a Tip y Coll, este dúo cómico dejó para la posteridad televisiva numerosos gags humorísticos a la par que diversas coletillas que calaron en la sociedad y que mucha gente ha repetido en numerosas ocasiones. Una de esas coletillas, quizá la más famosa del dúo, era aquella con la que cerraban muchas de sus actuaciones en televisión, la célebre “La próxima semana, hablaremos del gobierno”, y que nunca se llevaba a cabo en el siguiente programa, por supuesto: no estaba el horno para bollos en la época de la transición española con los últimos coletazos de la censura.
Toda esta introducción viene a colación de un nuevo esperpento que se ha visibilizado en la política española en las últimas fechas. Tuvo lugar en el Parlamento de Castilla y León en el que una persona del gobierno de un determinado partido político se dirigió a otra persona de la oposición que padece una discapacidad física y a la que le dijo que le hablaría como si fuese una persona como todas las demás. Y casos como éste, por desgracia, no son únicos.
No hace tanto que, en otra institución parlamentaria, el líder de un partido político habló ante la cámara sobre la salud mental, siendo contestado por otra persona del arco político opuesto con un exabrupto del tipo “vete al médico” acompañado de la risotada de buena parte de la bancada afín a este último. Y es que a pesar de que cada vez se hable más de la salud mental, o de los derechos de las personas con discapacidad, seguimos aún en una sociedad en pañales en lo que se refiere al respeto de cualquier tipo de diferencia, diversidad, discapacidad.
Vivimos en una sociedad en que la burla, el desprecio, la incomprensión ante la diferencia, ante aquello que no es lo “normal”, es el pan nuestro de cada día. Y aunque desde las instituciones se hable de inclusión, respeto, y buenas palabras, la verdad es que ese respeto no llega a calar en el pensamiento colectivo de la sociedad.
Demasiada gente sigue tratando a las personas con problemas de salud mental como personas de segunda clase. Aún existe mucho estigma, mucha incomprensión, demasiado desconocimiento sobre lo que padecen las personas con patologías mentales y sobre todo, con demasiadas pocas ganas de empatizar con ellas, con una desgana absoluta de una sociedad en intentar comprender lo que significa tener una enfermedad mental, física o cualquier tipo de discapacidad. Y si la clase política o legislativa de un país, prefiere la burla antes que la comprensión y el respeto, mal vamos.
Sé que me ha quedado un relato tipo revoltijo y que he vuelto a mezclar temas e ideas inconexas sin orden ni concierto. Supongo que es un fiel reflejo de cómo se siente mi cabeza en este momento. Espero centrarme de nuevo en posteriores relatos. Mientras tanto y retomando un poco lo dicho en el segundo párrafo: La próxima semana, hablaremos del gobierno.