(Blog) Kit de emergencias
Todos tenemos días buenos y días malos; no creo que haya nadie en el mundo mundial sin altibajos, con una vida en forma de línea horizontal, sino que estará repleta de subidas y bajadas, algunas más pronunciadas que otras, en plan perfil de una etapa de ciclismo de alta montaña, con ascensos y descensos pronunciados a tres, cuatro o más cumbres.
Escrito por: Pedro Villena
O como una gráfica de valores bursátiles, típica de Wall Street. O como cuando te hacen un electrocardiograma. O una serie de subidas y bajadas del precio de la luz que hemos tenido que pagar durante todo este invierno. No, eso no, en ese caso sólo ha existido una subida constante. O como una gráfica personal de una persona que se pone a dieta sin mucho convencimiento y se pesa cada día, en plan intermitente de un coche: ahora subo de peso, ahora bajo de peso, ahora funciona y ahora no funciona. O…, bueno, seguro que os hacéis una idea.
De momentos de subida de las emociones por circunstancias positivas ya hablaremos en otro momento. Ahora toca hablar de esos momentos de bajada, cuando uno tiene un mal día, cuando está pasándolo mal, cuando no encuentras solución a tus problemas y sientes que te hundes en la desesperanza.
Motivos hay muchos por los cuales cualquier persona se siente mal: problemas en el trabajo, ya sea por encontronazos con algún compañero o con el jefe; problemas con la pareja, los hijos, los padres o con cualquier familiar; por no llegar a fin de mes; porque tu equipo favorito ha perdido; por una bronca de tráfico o porque te han puesto una multa de aparcamiento; por ver cómo se va destruyendo el medio ambiente; por problemas monetarios, profesionales, amorosos o por cualquier otro motivo o razón.
Y esos momentos de bajón afectan a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo, condición, creencia, etc. No se necesita tener un trastorno de salud mental para sentirse mal, ni mucho menos. Pero para aquellas personas que lo sufren, esas caídas en su estado de ánimo pueden traer graves consecuencias.
Quien más o quien menos por estos lares sabe que los momentos de bajón son duros. Sientes que de nuevo tu mundo se viene abajo, que a pesar de tus esfuerzos, tus ganas de luchar y salir adelante, te ves sumido en la derrota una y otra vez. Que cuando parece que das un paso adelante, retrocedes veinte y vuelves a la casilla de salida, o incluso más atrás aún. Pero tienes que remontar, tienes que darle la vuelta a la situación, por mucho que duela, por mucho que la ansiedad, el miedo o la depresión te machaque, has de buscar algo que revierta esa situación.
Por eso, cuando estás de bajón, ¿qué es lo que utilizas para intentar superar esa etapa? ¿Qué hay en tu kit de emergencias para recuperar el ánimo o que te haga, al menos, que no sea tan negativo? Opciones hay muchas, cada cual tiene que encontrar aquello que mejor le sienta.
Por ejemplo, escuchar música que te traiga buenos recuerdos, o utilizar cualquier aplicación móvil que te ofrezca música relajante o de sonidos suaves como agua, cantos de pájaros, sonido blanco, que te haga romper ese momento negativo. O hacer deporte, salir a andar, a correr, ir al gimnasio, a nadar. Leer algo que te distraiga, algún libro nuevo o algo que ya hayas leído en el pasado pero que te haya gustado y que vuelves a disfrutar con su relectura.
Ver la televisión, ya sea tu serie favorita, alguna película o algún reality en el que despellejen a algún famoso. Darte una ducha para sentir cómo el agua que cae por tu cuerpo arrastra esos pesares y te llena de desahogo. Pedir un abrazo a alguien de tu entorno, que te achuchen fuerte, sin decir nada si es necesario, reconfortándote y sintiéndote algo menos apesadumbrado. Tocar algún objeto metálico o de madera, darle vueltas a algo material, conectando con la forma, el sentido del tacto. Hacer algo, cualquier cosa que logre hacerte salir de ese bucle negativo que te consume por dentro.
Descubre qué tienes en ese kit de emergencias, qué puedes utilizar para superar ese momento de ansiedad, miedo, dolor, y que te haga recuperar un poco la esperanza.