(Blog) La luz del amanecer
Despuntaba la claridad mientras, a lo largo de la cresta, iba resistiendo el Sol y parecía… volver atrás.
Escrito por: Maria del Mar Castuera
Pero… no era del todo oscura la montaña iluminada… porque la fuerza del día perseguía las tinieblas.
De tanto empujar el fuerte Sol, la madrugada despunta olvidando terribles miedos, la cordillera y… la villa.
Y… la sombra de la tristeza desaparece finalmente diciendo adiós el antiguo día y animándonos para el próximo.
Ahora nada es pesado: la madrugada viene para respirar una dulzura que es justo pura locura.