(Blog) Alforjas y asnos
Una tarde de verano bastante aburrida, mi hermana mayor me propuso un reto artístico: que, desde aquí mismo, os intentara explicar un cuento “futurístico” con la sola puñetera condición de contener las dos palabras (que están relacionadas) que me proponía ella, que son “burro” y “alforja”.
Escrito por: Maria del Mar Castuera
Yo no sé si lo cumplí exactamente o tal vez me ha quedado a medias, pero he aquí la pequeña narración del verano:
"Nos encontrábamos a media tarde esperando a que el sol empezara a ponerse para volver a nuestro trabajo y contemplábamos desde la galería de casa la carretera secundaria de nuestro pueblo y el río Segre tan mostrado.
“Nos apareció por esta carreta asfaltada un gran coche (de tipo trasto) que impedía el paso a todos aquellos coches que querían adelantarlo por su camino. Era el coche más antiguo que se veía en la aldea desde 1949. Era un sedán beige muy deslumbrante.
“Nos parecía imposible que algún otro pudiera pasarlo por delante, ya que nuestra carretera tenía una pequeñísima anchura de paso. Ni una moto de Trial se atrevería a pasar por su lado y ponerse de antemano, aunque hubiera alguna moto de competición deseosa de venir al pueblo perdido en el tiempo de la costa del río.
“Solo un individuo bajito, de cuatro patas y orejas largas (con una cola grisácea y una pálida crin) llevando dos alforjas del esparto de Sesma (hechas unos lustros atrás pero bien conservadas y cargadas de uva blanca) fue capaz de bordear el vehículo pasando por delante del anacrónico sedán beige que corría a 20 o 30 km/h por la triste carretera comarcal de las laderas del Segre.
Y es que la grandiosidad de la naturaleza ha hecho que un animal mamífero no sea comparable (ni con belleza ni con elasticidad) a nuestros inventos mecánicos y/o de IA."