(Blog) Respiramos de repente
Parece que se ha acabado de repente aquel peligro tan malo de contagio del virus del Covid-19 que se podía coger con tu familia y en los numerosos lugares públicos de recreo o en el trabajo. A pesar de todo, cualquiera de nosotros tenía que salir de casa por fuerza con la famosa mascarilla encima del rostro.
Escrito por: Maria del Mar Castuera
No podíamos volver a entrar a nuestra casa si no frotábamos pulcramente los zapatos que llevábamos por la calle con alcohol cada vez que veníamos del supermercado o bien de nuestro trabajo.
Y ya parece que haya pasado el problema del Covid-19, al fin y al cabo, igual como si nos hubieran dado un extraordinario quitamanchas que quitara la maldita infección de un día para otro.
No creo que hubiera sido posible el curso sanatorio de estos acontecimientos sin la casi total y absoluta vacunación de la población de este país que se ha producido gracias indudablemente al personal sanitario (que maltratamos a menudo y a quien no tratamos justamente, cuanto menos como se merece).
No es que haya pasado una avioneta con efecto ventilador sobre nuestras playas, nuestros autobuses ni nuestros jefes; si no la buena conciencia ciudadana y la buena actuación de los poderes es lo que ha hecho posible tal cambio facilitador de nuestra normalidad diaria, porque volvemos a vivir algo más cómodas que durante el confinamiento y posterior recorrido global del Covid-19.