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Todas sabemos lo que está pasando en el continente europeo y somos conscientes de la irresponsabilidad que puede suponer. El camino más fácil para llegar de un lugar a otro es coercitivo a fin de doblegar la posible resistencia de algunas personas.
Yo tengo un día guardado en el corazón que “al igual” no existe, pero que yo nunca olvido. A pesar de que pasen los años, sean o no bisiestos, yo puedo vivir un día más, un día para disfrutar, para hacer el perro o para guardar mis pesadillas; es el día 29 de febrero.
El día 7 de febrero es una fecha ilusionante para mí. Viene a ser como el día de los enamorados porque es la onomástica de mi pareja, que se llama Ricard como el Rey de Inglaterra de la Edad Mediana, y yo suelo hacerle algún tipo de regalo incondicional, como por ejemplo un disco o un libro.
El mejor día mundial para todo el mundo tendría que ser el Día Internacional del Abrazo, el 21 de enero. Este día podemos tocar y acercarnos a la persona más enigmática, ansiada, añorada y siempre querida que vemos.
A medida que se acerca final de año, muchas personas hacen propósitos para cumplir, retos para lograr en el año que está a punto de empezar. Porque los humanos somos así, necesitamos fechas señaladas para reflexionar, para comprometernos, para celebrar la vida, para empezar nuevos proyectos, para cerrar etapas y emprender nuevas… Da igual si esto es racional o no, lo importante es que aprovechamos aquella ocasión para marcarnos objetivos, para decidir sin miedo, para coger las riendas de nuestra vida, para dejar de funcionar con el piloto automático.
Los que tan solo lean el título de este post pensarán que soy una revolucionaria a quién le gusta provocar e ir contracorriente, quizás hay un poco de esto pero no tanto como podríais pensar. Cómo sea, en estas líneas, me gustaría compartiros toda una serie de cosas que hago a pesar de que no siempre sean muy aceptadas por la sociedad o por el grupo. Es más, continuaré haciéndolas a pesar de todas las críticas que he recibido y recibiré.
Canciones sobre la felicidad las hay a patadas, tantas como granos de arena en una playa o programas de cotilleos en televisión. Basta con hacer una búsqueda con esa palabra en cualquier navegador web para que surjan incontables temas a cual más feliz. Desde “Shiny happy people” de R.E.M. a “Don’t worry, be happy” de Bob McFerrin; desde “Happy” de Pharrell Williams a “Felicità” de Albano y Romina Power.
Todos tenemos días buenos y días malos; no creo que haya nadie en el mundo mundial sin altibajos, con una vida en forma de línea horizontal, sino que estará repleta de subidas y bajadas, algunas más pronunciadas que otras, en plan perfil de una etapa de ciclismo de alta montaña, con ascensos y descensos pronunciados a tres, cuatro o más cumbres.
El 4 de febrero se celebra el Día Internacional contra el Cáncer. Como todos los días internacionales de una cosa u otra, supongo que se ha hecho con la idea de concienciar sobre esta enfermedad en concreto, para recordarnos a todos que esta dolencia existe, para visualizarla en una sociedad acostumbrada a mirar en otra dirección cuando algo no nos gusta, o nos asusta, y de la cual, sólo nos acordamos cuando nos toca en primera persona.
Pues nada, ya tenemos encima el año 2022. Tenemos por delante 365 días (bueno, ya unos poquitos menos), para continuar con nuestras vidas. ¿Y cómo rellenaremos esa cantidad de días hasta el siguiente 31 de diciembre? Bueno, pues cada uno sabrá lo que puede/quiere/desea hacer con ese tiempo por delante.
Pues casi sin darnos cuenta, ya tenemos encima de nuevo otras Navidades. Ya estamos en diciembre, se acerca La Navidad, (Navidad is coming), se acercan las vacaciones, las comidas de empresa, las reuniones familiares, los polvorones, las fiestas de fin de año, las uvas, las lentejas, los lacasitos, las preuvas, la ropa interior de color rojo, los “felices fiestas” por todos lados, los villancicos, los macrobotellones y las fiestas ilegales, los regalos, los contagios del covid, las hospitalizaciones, la enésima oleada y todas esas cosas que suelen traer estas fiestas entrañables.
El día 16 de noviembre se celebra, como cada año desde 1996, el Día Internacional para la Tolerancia, instaurado por la Asamblea General de la ONU. Es un día de reflexión, en el cual, tal y como comentan Las Naciones Unidas, “se debe abogar en fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es más importante que nunca en una era en la que el extremismo y el radicalismo violentos van en aumento y los conflictos se caracterizan por un menosprecio fundamental de la vida humana”.