Esta web utiliza cookies propias y de terceros para obtener información de sus hábitos de búsqueda e intentar mejorar la calidad de nuestros servicios y de la navegación por nuestra web. Si está de acuerdo haga clic en ACEPTAR o siga navegando.
Al hablar de juegos tradicionales me refiero a aquellos juegos que desde hace mucho tiempo atrás siguen perdurando, pasando de generación en generación, siendo transmitidos de abuelos y abuelas a padres y madres, y de estos a hijos e hijas, y así sucesivamente. Sufren algunos cambios, pero mantienen su esencia, y son típicos de alguna región o país.
Cuando era pequeña en este país vivíamos muy aislados. Nunca encontrábamos a gente extranjera, en todo caso gente rica que siempre venía a pasarlo bien pero no tanto a buscar un buen trabajo.
El Home dels Nassos es un personaje mitológico, tiene tantas narices como días tiene el año o como le restan. Sale el 31 de diciembre, sólo tiene una nariz, porque sólo falta un día para terminar el año, no como la gente siempre había imaginado que tenía 365.
Lo reconozco, soy un ministérico. Así es como se conoce a los seguidores de la serie de televisión “El Ministerio del Tiempo”, un grupo numeroso de fervientes seguidores de esta serie televisiva que disfrutan, viven con pasión, cada nuevo episodio. O mejor debería decir disfrutábamos, en pasado, ya que la serie acabó hace unos años y parece que no hay muchas ganas de darle continuación.
Nos acercamos peligrosamente a fin de año. Sí, ya sé que queda mes y medio aún para las uvas y todo eso, pero es cuestión de poco tiempo. Bueno, con permiso de las autoridades pertinentes o en su defecto de la caída de misiles de dudosa procedencia, o no, en países de la OTAN, amenazas nucleares, represalias y demás barbaridades sociales y militares. Pero vamos, que si reina un poco la cordura (¿?) en la “haute politique”, llegaremos a fin de año y a una nueva oleada de buenos propósitos de cara al año nuevo.
Una de mis (confesables) aficiones es la lectura. Me gusta la historia, la ciencia ficción, la fantasía, los cómics… Leer es una actividad relajante que te permite evadirte durante un tiempo de la realidad y sumergirte en mil y un temas diferentes, ya sea buceando entre mundos imaginarios o tan reales como la vida misma, pero adentrándose en siglos pretéritos.
La fiesta de los Tres Tombs se celebra en honor a San Antonio Abad, patrón de los animales de pata redonda. Se dice así porque en la antigüedad se daban tres vueltas alrededor de un espacio donde se hacía una hoguera. Se dice que el primer paseo era para pedir protección para los animales, el segundo para una buena cosecha y el tercero para pedir salud para las personas.
Existía una plaza antigua en medio de una villa recóndita muy llena de vida, de seres humanos y de bestias. En el centro de la plaza de la villa existía una gran estatua de piedra cubierta de oro y diamantes que conmemoraba el nacimiento de un galán príncipe de hacía siglos y que había sido, según decían, un personaje inmensamente feliz a lo largo de su juventud y vida madura; pero de eso, a pesar de aquella escultura, ya nadie se acordaba lo suficiente; los habitantes del pueblo no sabían quién había sido el majestuoso Príncipe Feliz.
Una tarde de verano bastante aburrida, mi hermana mayor me propuso un reto artístico: que, desde aquí mismo, os intentara explicar un cuento “futurístico” con la sola puñetera condición de contener las dos palabras (que están relacionadas) que me proponía ella, que son “burro” y “alforja”.
Me encantan las castañas y los boniatos. Lo más sugerente que me he encontrado en la noche del 30 de octubre al 1 de noviembre es un chico bien musculoso, vestido de arlequín de negro y rojo, comiendo castañas, panellets y boniatos.
Antes de celebrar terroríficos bailes de disfraces y alegres festivales de cine macabro, hacia estas fechas de Todos los Santos y todos los Difuntos ya conocíamos el respeto por los ciclos estacionales de la primavera y el otoño que existen en la naturaleza y que aprendemos en la escuela.